La variante JN.1 ya representa casi la mitad de los casos de COVID-19 en Estados Unidos

Ahora que la temporada de fiestas decembrinas llega a su fin y los casos de COVID empiezan a aumentar, una variante llamada JN.1 se ha convertido en la más común del virus en todo Estados Unidos. Ya para mediados de diciembre, la JN.1, que surgió de la variante BA.2.86 y se detectó por primera vez en Estados Unidos en septiembre, representaba el 44 por ciento de los casos de COVID-19 a nivel nacional, lo cual fue un aumento comparado con el siete por ciento de finales de noviembre, según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).

En cierta medida, este salto era de esperarse. “Las variantes tardan en propagarse”, comentó William Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas en el Centro Médico de la Universidad Vanderbilt. “Luego, se aceleran, se propagan con rapidez y, justo cuando están en eso, después de varios meses, aparece una nueva variante”.

Según un informe de los CDC publicado el 22 de diciembre, el ímpetu de la variante JN.1 este mes sugiere que quizá esta se contagia con más facilidad o es más hábil para evadir nuestros sistemas inmunitarios que otras variantes en circulación. La agencia declaró que la COVID sigue siendo “una amenaza grave para la salud pública”, sobre todo para quienes siempre han corrido mayor riesgo de enfermarse a un nivel grave, como los adultos mayores, los bebés, las personas con sistemas inmunitarios debilitados o padecimientos de salud crónicos, así como las embarazadas.

Hasta donde saben los expertos, la JN.1 no parece causar enfermedad grave en la mayoría de las personas, aunque hasta un caso leve puede hacerte sentir “bastante mal durante tres o cuatro días”, señaló Schaffner. Los síntomas de una infección por JN.1 son similares a los que causaban las variantes anteriores de COVID, pues incluyen tos, fiebre, dolor de cuerpo y fatiga. Para protegerte contra la infección y enfermedad grave, los expertos siguen recomendando el uso de cubrebocas, mejorar la ventilación en interiores siempre que sea posible, quedarse en casa si se está enfermo y obtener la vacuna más reciente contra la COVID.

Las investigaciones preliminares muestran que las vacunas actualizadas contra la COVID-19 lanzadas en septiembre producen anticuerpos efectivos contra la JN.1, que es pariente lejana de la variante XBB.1.5, para la cual fueron diseñadas las vacunas. La gente tal vez no acumule tantos anticuerpos contra la JN.1 como para la XBB.1.5, pero, de todos modos, los niveles deberían reducir el riesgo. “Entre quienes se contagiaron o se pusieron una dosis de refuerzo recientemente, la protección cruzada contra la JN.1 debería ser bastante decente, según muestran nuestros estudios de laboratorio”, indicó David Ho, virólogo de la Universidad de Columbia que dirigió la investigación sobre la JN.1 y las vacunas contra la COVID, la cual se publicó como un artículo en versión preliminar a principios de diciembre.

Las pruebas rápidas también siguen siendo una herramienta valiosa, y los CDC afirman que las pruebas que ya están en el mercado funcionan bien para detectar la variante JN.1. Hay indicios de que los casos de COVID-19 van en aumento una vez más. La semana del 10 de diciembre, hubo poco menos de 26,000 hospitalizaciones relacionadas con el coronavirus, un incremento del 10 por ciento de las casi 23,000 de la semana previa. Pero las cifras de hospitalizaciones por COVID siguen siendo mucho menores que durante el auge de la primera ola de Ómicron en enero de 2022 y, hasta ahora, solo son la mitad de lo que fueron durante el pico de la ‘tripledemia’ del invierno pasado, cuando surgieron casos de COVID-19, influenza y VRS al mismo tiempo.

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