Brasil prevé un crecimiento económico sostenido sin impacto inflacionario

Así, se configura la tercera revisión al alza de las proyecciones oficiales, que ahora se sitúan por encima del crecimiento del 2,9%.

La cartera de Economía de Brasil se mantiene firme en el 4,9% de inflación para el 2023 y elevó marginalmente la del próximo año, hasta el 3,4%. Brasil revisó al alza su proyección de crecimiento para el corriente año, luego de una performance económica mejor de lo prevista durante los primeros seis meses del año; al tiempo, mantuvo sin cambios las estimaciones de inflación.

El gigante sudamericano se expandirá un 3,2% en 2023 y un 2,3% en 2024, según un informe publicado por la cartera de Hacienda. En julio, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, pronosticó que el producto interno bruto crecería un 2,5% este año.

Así, se configura la tercera revisión al alza de las proyecciones oficiales, que ahora se sitúan por encima del crecimiento del 2,9% estimado por los analistas que sondea el Banco Central.

El PBI de Brasil aumentó un 0,9% en el segundo trimestre, tres veces más de lo previsto por los analistas encuestados por la agencia Bloomberg, impulsado por un sector de servicios fuerte y un mercado laboral robusto. El Palacio de Hacienda también basó su pronóstico mejorado en una recuperación esperada en China, principal socio de Brasil, así también como en datos que revelan que el mercado crediticio local está creciendo nuevamente.

«El Gobierno es optimista sobre el último trimestre del año debido a la evolución positiva que estamos viendo en los mercados laboral y crediticio, así como en la inflación», dijo Guilherme Melo, secretario de Política Económica, a la prensa y agregó: «Los salarios totales y los ingresos reales están creciendo, mientras que los préstamos incobrables están a la baja con una inflación más lenta».

Así, el Ministerio mantiene el 4,9% de su estimación para la suba de precios este año y elevó marginalmente la del próximo año, hasta el 3,4%. Los dos pronósticos se mantiene por encima de la meta de cada año.

La economía resistente del gigante sudamericano impulsó los índices de aprobación de Lula, que alcanzaron el 60%, según los últimos sondeos. También sustenta la opinión de que el banco central está logrando diseñar un aterrizaje económico suave, después de un ciclo de ajuste severo en la política monetaria impulsado por su presidente, Roberto Campos Neto.

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