El escándalo de Unity: la tecnología de videojuegos que formó a la industria y ahora es odiada

El creador de una de las herramientas más utilizadas en el gaming anunció el cobro de una comisión y despertó la furia de todos, especialmente del mundo indie.

Este 2023 no es un año cualquiera para la industria de los videojuegos, mientras algunos ya lo consideran uno de los mejores años en el gaming debido a los múltiples lanzamientos con gran aceptación del público y la crítica, desde adentro de la industria lo califican como uno de los peores, argumentando principalmente la interminable cantidad de despidos masivos en distintas compañías. A todo esto, la última semana sumó un escándalo más: el motor de desarrollo Unity anunció que le cobrará a los creadores de videojuegos una comisión por cada vez que alguien instale un juego, tras superar una cierta cantidad de instalaciones.

Lo primero que necesitamos tener en claro es qué es el «motor» de un videojuego. Se trata de un software de desarrollo que contiene las herramientas para simplificar la producción. Esto suele incluir el motor para trabajar gráficos (2D o 3D), uno de física que simula las condiciones de tu juego, inteligencia artificial para responder a las acciones del jugador, un procesador de sonido para los efectos, música y otros, un motor de animación, y distintos elementos que, dentro de este, permiten trabajar de manera global la creación de un juego a través de distintos lenguajes de programación.

El escándalo de esta semana gira alrededor de un anuncio que la compañía realizó el pasado martes: la imposición de una nueva política llamada «Unity Runtime Fee» a partir del próximo mes de enero. Se estableció que las compañías desarrolladoras deberán pagar una comisión cada vez que un usuario instale su juego. Las compañías ya pagan un plan para tener acceso a Unity. Aquellos en el plan económico deberán pagar hasta u$s0,20 por instalación si su juego pasa las 200 mil instalaciones o consigue u$s200 mil de ganancias. En el plan más caro, que cuesta u$s2.000 al año, deberán pagar una comisión menor y solo si su juego supera el millón de descargas.

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