¿Aceptará Brasil quedarse con todo el mercado chino de soja?

Gran revuelo. Una consultora estadounidense sugirió que el gigante asiático podría dejar de comprarle poroto al país de las barras y las estrellas en 2025.

Un informe de AgResource despertó la polémica de una punta a la otra del planeta. El reporte, publicado en el portal del CME Group, especula con que China dejaría de comprar soja estadounidense en no mucho tiempo más y podría recurrir casi por completo al poroto brasileño. Basa su sospecha en las paupérrimas ventas de soja estadounidense 2024/25 con destino al gigante asiático. A esta altura de la temporada Beijing debería haber asegurado al menos 1 millón de toneladas de poroto norteamericano, y hasta ahora ha anotado poco y nada.

La consultora cree que todo dependerá de la magnitud de la próxima cosecha brasileña, es decir si logra abrochar un volumen capaz de abastecer la demanda china hasta el punto en que el gigante decida prescindir de la soja estadounidense. Parece poco probable, al menos por ahora. Lo que sí es cierto es que China difícilmente vaya a importar una sola tonelada extra desde Estados Unidos por encima de lo que no pueda llevar de Brasil.

La inminencia del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca seguramente colaborará con este escenario, ya que el republicano avisó que habrá nuevas tarifas de castigo para los productos chinos, y la soja es generalmente objeto de las represalias de Beijing.

¿Tiene visos de realidad la hipótesis de AgResource? Fuentes del vecino país indican que el informe fue recibido con escepticismo en Brasil, donde muchos señalan el riesgo que implica una dependencia de China aún mayor, a contramano del consejo de diversificar destinos. Un exfuncionario que en el pasado estuvo ligado a la Compañía Nacional de Abastecimiento advierte que la proyección efectuada por la consultora norteamericana es inviable, ya que entiende que China tampoco querrá depender tanto de Brasil. El especialista recuerda que cuando Lula intentó recientemente aumentar los impuestos al agro, Beijing escaló de inmediato sus compras en Estados Unidos, escenario que volvió a enfriar una vez que el Parlamento brasileño echó por tierra la propuesta del Ejecutivo. Los chinos están enojados con el país de las barras y las estrellas, pero son pragmáticos.

Otros destacan los desafíos logísticos de aumentar las exportaciones de soja a China más allá de los elevados volúmenes que ya se están despachando. La mayoría cree que un escenario con Brasil como único vendedor de soja a China solo podría darse en caso de un enfrentamiento importante entre este país y Estados Unidos. Ahí puede ser otra historia.

Si bien parece utópico en el caso de la soja, cabe recordar además que recientemente ha entrado en vigor la primera ley de seguridad alimentaria de China destinada a lograr la “autosuficiencia absoluta” en granos básicos, coherente con la pretensión de reducir fuertemente su dependencia de las compras extranjeras.

Mientras todos estos debates se suceden, compradores chinos dejaron entrever que su país importará una cantidad récord de soja en julio. Tienen reservadas entre 12 y 13 millones de toneladas, la mayoría procedentes de Brasil. Confirma que por ahora China no tiene ningún apuro por anotar poroto norteamericano de la nueva cosecha, lo cual desespera a los inversores en Chicago. “Tarde o temprano tendrá que venir por nuestra soja”, asegura una conocida analista estadounidense, aunque su afirmación por ahora no tiene sustento.

Deja un comentario