Dirigentes de la central obrera se reunieron con Guillermo Francos y dijeron haberlo escuchado convencido de que el acuerdo es un hecho.
La CGT se convenció esta semana de que Mauricio Macri trabó una alianza estratégica con Javier Milei. La conclusión surgió de una serie de encuentros que mantuvieron algunos dirigentes con operadores del libertario, quien hasta ahora tiene como único respaldo formal en el sector al gastronómico Luis Barrionuevo. La evaluación de los gremialistas es que uno de los lazos que terminaron de unir al expresidente y al candidato de La Libertad Avanza es su común aversión a la legislación laboral vigente.
Los contactos fueron pocos y el interlocutor de Milei fue Guillermo Francos, nominado como su eventual ministro del Interior, expresidente del Banco Provincia en la gestión bonaerense de Daniel Scioli y exdirector del Banco Interamericano de Desarrollo bajo la órbita de Alberto Fernández hasta hace pocos días. Antes, los únicos diálogos reconocidos que tuvo Milei con sindicalistas se produjeron con Barrionuevo y con Gerardo Martínez, quien alegó haber acudido a explicarle el mecanismo de indemnización en la industria de la construcción, en tanto que Facundo Moyano le comentó a este diario haber mantenido encuentros con referentes libertarios.
Pero restaba un nexo más directo con la mecánica cotidiana de la CGT. Para ambas partes era un paso riesgoso pero necesario: Milei requiere sondear en la mayor central sindical el nivel de aspereza o apertura con que lo recibirán en caso de un triunfo y al mismo tiempo evitar señales de más vinculación con una “casta” como la de los gremialistas. Los dirigentes, por su parte, aunque abrazados a la candidatura de Sergio Massa, jamás rehuirán una mesa con un actor del poder y más aún si cuenta con chances de ganar en primera vuelta.
Francos, cuya militancia de años en el Partido Federal no le impidió relacionarse con los peronistas más encumbrados y el sindicalismo tradicional en su gestión en el Bapro, se presentó como el principal initerlocutor político de Milei y el encargado de transmitirles la existencia de un acuerdo supuestamente cerrado con Macri para obtener del expresidente un respaldo cuanto menos implícito y una garantía de colaboración en la gobernabilidad. También, que el libertario buscará retomar la hoja de ruta laboral que dejó el fundador del PRO.
Los gremialistas se llevaron de las charlas otras conclusiones: si bien Milei presentó como su posible secretario de Trabajo a Gustavo Morón, un burócrata que estuvo al frente de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo en la gestión de Cambiemos y sobrevivió al primer año del Frente de Todos -creen en CGT que bajo la protección de Enrique “Coti” Nosiglia- el responsable de la gestión laboral cotidiana será Miguel Ponte. Se trata de un exdirectivo del Grupo Techint que tuvo la Secretaría de Empleo (virtual número tres de la cartera laboral) durante los primeros tres años de la presidencia de Macri.
Pero los lazos con la gestión del expresidente y su entorno no terminan ahí. Según los dirigentes que hablaron con Francos, otro técnico que comenzó a levantar su perfil en línea con la posible entente Macri-Milei es el abogado y directivo de la Unión Industrial Argentina, Juan José Etala. El asesor fue letrado de la agencia Télam durante la administración de Cambiemos y responsable central de la persecución e intento de despido masivo de 365 trabajadores de esa compañía estatal. En ese cargo fue denunciado por supuestas presiones a jueces del Trabajo para que convalidaran las cesantías. Además es un acompañante permanente en los abordajes del macrismo en la vida interna de Boca Juniors.
