Lotocki fue encontrado por un móvil televisivo: ¿Cuál fue su reacción?

El médico no habla ante las cámaras desde la muerte de Silvina Luna y un móvil televisivo lo encontró en la calle y quiso preguntarle por el tema. ¿Cómo fue su reacción?

Después de pasar días en su casa sin hablar públicamente tras la muerte de Silvina Luna, el doctor Aníbal Lotocki fue encontrado paseando por su barrio por un móvil televisivo.

Sin embargo, el médico, apuntado por las muertes de Mariano Caprarola y Silvina Luna tras su intervención quirúrgica hace más de diez años, no quiso responder las preguntas del periodista de C5N.

En el tiempo que el cronista intentó entrevistarlo, Lotocki no dijo una sola palabra. Le consultó si quería decir algo o si prefería mantener el silencio y si concordaba con la postura que había mostrado su abogada en una entrevista en el mismo canal.

A pesar de todas las preguntas, Lotocki no quiso hablar, se distrajo con su teléfono celular y siguió caminando como si nadie lo hubiera cruzado.

Lotocki vendió su casa
Según informaron en el programa LAM, el médico cirujano vendió su mansión. El aviso de venta estaba publicado hace más de un año y finalmente lograron encontrarle un nuevo dueño a la casa de seis ambientes y 531 metros cuadrados, ubicada en Vicente López, provincia de Buenos Aires.

“Ellos ya se quieren ir. La van a entregar en 30 días. El precio de venta tuvo que bajarlo bastante», aseguró la panelista Maite Peñoñori. «La esposa de Lotocki no quiso siquiera contarle a sus amigas”, agregó.

En los últimos días Lotocki había sufrido numerosas agresiones al frente de su casa como gritos y protestas en su contra luego de la muerte de Silvina Luna. Incluso, este miércoles hubo una manifestación en la mansión de Vicente López donde los vecinos y otras víctimas de mala praxis del médico se congregaron para reclamar justicia.

El objetivo fue exigir la encarcelación del profesional, acusado de mala praxis, y pedir justicia por las víctimas fatales del médico: Silvina Luna, Mariano Caprarola, Cristian Zárate y Romina Vega.

Deja un comentario