Desde sus inicios, la tarjeta SUBE revolucionó la forma de pago de los transportes públicos del país. Conseguir monedas y el tedioso proceso del pago, dejaron de ser un inconveniente de todos los días. Sin embargo, la dificultad para acceder a tarjetas y las nuevas tecnologías reabrieron una discusión, que busca ser saldada con un nuevo proyecto en la Cámara de Diputados.
El legislador nacional Jorge Rizzotti presentó esta semana una iniciativa que busca que, mediante una aplicación denominada SUBE Digital, las personas adquieran tarjetas virtuales desde las que puedan abonar los pasajes, usando solo sus celulares.
Cómo funciona actualmente
En la actualidad, las personas deben adquirir su tarjeta física y luego cargar dinero en la misma para poder usar el transporte público. Este último paso se puede realizar a través de comercios en los que -en contra de la ley- se suelen cobrar extras o a través de billeteras virtuales o homebanking.
Este proceso lleva consigo 2 problemas. Por un lado, la dificultad para acceder a la tarjeta. Por otra parte, en caso de cargar dinero con billetera virtuales, hace falta acreditar las cargas en una estación SUBE o mediante el sistema NFC.
Respecto al último punto, la semana pasada se lanzó una prueba piloto para acreditar las cargas dentro de los colectivos. De funcionar, podría llegar a todo el país.
Cómo funcionaría el nuevo proyecto
La iniciativa de Rizzotti busca suplantar los plásticos y la necesidad de acreditar las cargas.
Inicialmente, los usuarios deberían sincronizar la aplicación SUBE Digital con una tarjeta vitual y con su documento de identidad. El pago se realizaría mediante el celular, usando la tecnología NFC. La tarifa del viaje se descontaría del saldo digital.
«La escasez de tarjetas físicas en el mercado ha sido reconocida, lo que dificulta el acceso al transporte público para muchos usuarios» dijo el diputado y resaltó que «permitirá que más ciudadanos puedan acceder al transporte público de manera rápida y sencilla, reduciendo las barreras de acceso».
Consideró que «representa una evolución necesaria para adaptarse a los avances tecnológicos en el mundo de la movilidad urbana», además sería más segura, reduciría costos y sería más sustentable.
Problema del sistema
El principal inconveniente del proyecto es que muchos de los dispositivos que se venden hoy en el mercado argentino no cuentan con la tecnología NFC. La diferencia de precios entre uno que la tenga y otro que no, suele ser muy elevada.
El texto del proyecto no especifica si la transición que se propone sería gradual y en la que coexistirían ambos formatos. En cualquier caso sería el proceso más lógico, tal como ocurrió con la implementación de la actual tarjeta SUBE.
