Victor Accastello, subgerente general de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), trazó una previsión sobre la cadena del cereal en base a un crecimiento de la superficie y los rindes.
Para 2033, la Argentina podría aumentar su superficie cultivada con maíz [para grano] de 7 a 8 millones de hectáreas y mejorar el rendimiento promedio de 7,5 toneladas por hectárea a 10 toneladas por hectárea. Esto resultaría en una producción de 80 millones de toneladas del cereal, en comparación con las 52 millones de toneladas producidas durante la campaña 2022-2023.
Sobre las oportunidades que hay para el crecimiento del maíz en la Argentina, se refirió al bioetanol y el porcentaje de uso, que hoy está en 12% entre etanol de maíz y de caña de azúcar.
“Un incremento del 15% en la mezcla representaría la necesidad de construir en Argentina 10 nuevas plantas industriales, cada una con una capacidad mínima de 150.000 metros cúbicos; es la escala mínima que hoy debería tener la Argentina para ser competitiva y tener alguna chance de exportar algún excedente. Se requerirían 3.750.000 toneladas adicionales de maíz para lograr este objetivo”, dijo.
En tanto, si la Argentina adoptara un enfoque de 100% etanol, siguiendo objetivos de Brasil, se tendrían que agregar 36 puntos porcentuales extra de etanol. “Esto requeriría aproximadamente nueve millones de toneladas adicionales de maíz destinadas a la producción de etanol”, dijo.
“En la actualidad, se destinan 16 millones de toneladas de maíz a estas cinco industrias de proteína animal. Según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario, se estima que para 2033 esta cifra aumentará a 25 millones con ese destino”, dijo.