La dieta capaz de prevenir intoxicaciones alimenticias, según científicos de Cambridge.

Un estudio reciente de la universidad inglesa destaca que el consumo de fibra fortalece el microbioma intestinal, reduciendo infecciones graves causadas por bacterias dañinas.

El equilibrio del microbioma intestinal posee una vasta comunidad de microorganismos que habita en el sistema digestivo, y está directamente relacionado con el bienestar general y la resistencia a infecciones alimentarias. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge subraya la importancia de una dieta rica en fibra para fortalecer el ecosistema intestinal y prevenir enfermedades graves causadas por bacterias como E. coli y Klebsiella pneumoniae. Este hallazgo, difundido por el medio británico Daily Mail, abre una ventana a estrategias dietéticas para abordar problemas de salud.

Asimismo, el consumo de fibra presente en alimentos como granos integrales, legumbres y vegetales, desempeña un papel fundamental en la configuración del microbioma intestinal. Los científicos descubrieron que esta sustancia estimula el crecimiento de bacterias protectoras, como las del género Faecalibacterium. Estas especies bacterianas producen compuestos llamados ácidos grasos de cadena corta, que crean un entorno hostil para patógenos como Enterobacterias resistentes a antibióticos.

A diferencia de los probióticos, cuyo impacto en la flora intestinal es más limitado, la fibra tiene la capacidad de transformar el entorno del intestino. De esta manera se reduce la población de bacterias dañinas y mejora las condiciones para el crecimiento de microorganismos beneficiosos. “Al consumir fibra en alimentos como vegetales, legumbres y cereales integrales, proporcionamos el material necesario para que las bacterias intestinales produzcan compuestos que nos protegen”, explicó al medio británico el doctor Alexandre Almeida, investigador en medicina veterinaria y coautor del estudio.

Ecosistema intestinal y el combate contra infecciones
Los impactos de la fibra trasciende la simple mejora del microbioma. Frente a la creciente resistencia a los antibióticos, mantener un ecosistema intestinal saludable adquiere mayor relevancia. El doctor Almeida destacó que prevenir infecciones antes de que ocurran es la mejor defensa en un panorama donde las opciones de tratamiento son limitadas.

A través del análisis también se reveló que una dieta rica en fibra podría ser una herramienta eficaz para minimizar el riesgo de colonización por bacterias dañinas, incluso en entornos donde los servicios de agua potable cumplen estándares de seguridad. Este aspecto demuestra que más allá de la infraestructura sanitaria, los hábitos alimenticios juegan un papel crucial en la prevención de enfermedades infecciosas.

El microbioma del intestino desempeña un papel central en la defensa contra enfermedades y el mantenimiento general de la salud. La investigación realizada por la Universidad de Cambridge, examinó muestras de 12.000 personas de 45 países diferentes y reveló que la presencia de ciertos tipos de bacterias en el intestino influye directamente en la susceptibilidad a infecciones alimentarias.

La interacción de estas bacterias beneficiosas con el entorno intestinal es fundamental. Los Faecalibacterium se alimentan de la fibra que no se digiere en el intestino delgado y la transforman en ácidos grasos de cadena corta, compuestos que refuerzan las barreras del sistema digestivo y dificultan la colonización de patógenos. Este proceso subraya la importancia de consumir fibra como un elemento indispensable de la dieta cotidiana.

El doctor Qi Yin, otro de los autores del estudio, enfatizó que el análisis del microbioma debe realizarse considerando su contexto integral. Según Yin, entender las bacterias intestinales en interacción con su entorno permite desarrollar estrategias más efectivas para prevenir enfermedades, en lugar de abordarlas de manera aislada.

Recomendaciones para fortalecer la salud intestinal
Adoptar una dieta rica en fibra no solo es beneficioso para la salud intestinal, sino que también representa una estrategia efectiva para prevenir intoxicaciones alimentarias graves y mejorar el bienestar general. Sin embargo, el consumo promedio de fibra en el Reino Unido es de unos 18 gramos diarios, y está lejos de los 30 gramos recomendados por el Sistema Nacional de Salud (NHS), según datos de la Asociación Dietética Británica.

Para alcanzar las cantidades sugeridas, los especialistas recomiendan priorizar alimentos como granos integrales, legumbres, frutas y vegetales frescos. Estos aportan la fibra necesaria junto con nutrientes esenciales que contribuyen a un microbioma intestinal equilibrado. Incorporar opciones como pan integral, avena y lentejas puede ser un paso sencillo y accesible para mejorar la dieta diaria.

Incentivar el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados puede reducir la dependencia de productos bajos en fibra y altos en grasas o azúcares. Además de mejorar la calidad de la flora intestinal, también impacta positivamente en la salud metabólica y cardiovascular.

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