Según el informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario, en Argentina la siembra de maíz avanzó significativamente en octubre.
Las exportaciones de maíz argentino durante octubre de 2024 duplicaron el volumen registrado en el mismo mes del año anterior, según el informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). En un contexto de fuerte demanda internacional, los embarques de maíz ascendieron a 2,8 millones de toneladas (Mt), cifra que se posiciona entre las más elevadas para un octubre, comparable solo con los registros de 2019 y 2021.
Durante el mes de octubre, a pesar de la caída del 3% en el contrato de maíz en la Bolsa de Chicago (CBOT), las cotizaciones FOB se mantuvieron firmes y no descendieron de los 200 dólares por tonelada. Esta situación ha incentivado la compra de maíz en el mercado interno argentino, donde los precios se mantuvieron en torno a los $180.000 por tonelada, nunca bajando de los $177.000, mientras que los valores financieros del dólar retrocedieron un 6%, dejando una brecha cambiaria del 17%, la más baja desde diciembre de 2023.
Demanda interna y perspectivas para la próxima campaña
El fuerte dinamismo en las exportaciones ha impulsado el ritmo de compromisos de compra en el mercado local, que alcanzó un total de 1,8 millones de toneladas hasta el 23 de octubre. La campaña de maíz 2024 se ha mantenido en línea con el promedio de los últimos años, y, según la BCR, el 31% de la oferta total todavía está pendiente de compromiso, lo cual indica una estabilidad en el mercado para la oferta futura.
Sin embargo, el contexto productivo enfrenta desafíos importantes, con una reducción interanual en la intención de siembra que podría llegar hasta el 50% en la región núcleo, lo cual afectará la disponibilidad de maíz en la próxima temporada 2024/25.
La situación se complica debido a la presencia de la chicharrita del maíz, una plaga que ha afectado considerablemente los rendimientos en la campaña actual. A pesar de estos problemas, el último informe de la Red Nacional de Monitoreo Dalbulu maidis indica una mejora en el monitoreo, especialmente en cuatro de las cinco regiones argentinas, con pocas observaciones de infestación crítica, aunque en el NOA se mantiene una alta presencia de la plaga.
Situación en el mercado internacional y avances de siembra en Brasil
La situación de la oferta de maíz argentino se complementa con el panorama internacional, donde Brasil está avanzando rápidamente en su ciclo de siembra. Según la agencia de suministros CONAB, Brasil sembrará 47,3 millones de hectáreas de soja este año, proyectando una producción récord de 166 millones de toneladas. En octubre, las precipitaciones en el centro-oeste brasileño permitieron un avance notable en la siembra, con un 37% de la superficie total cubierta, lo cual ha relajado las presiones de oferta en el mercado internacional de granos y empujado a la baja las cotizaciones en Chicago.
Este contexto puede tener un impacto en el mercado argentino a medida que los precios internacionales de la soja y el maíz se ajustan frente a la oferta creciente de Sudamérica. Los analistas de la BCR advierten que, de mantenerse las condiciones climáticas y el ritmo de siembra en Brasil, el ciclo de cosecha en 2024/25 podría presentar desafíos logísticos en esa región, lo que afectaría las primas de precios en el mercado de Chicago, ya que la presión de cosecha podría derivar en una sobreoferta simultánea.
Proyecciones para la producción nacional
En Argentina, la siembra de maíz avanzó significativamente en octubre tras un inicio lento por la falta de lluvias en agosto y septiembre. Hacia el 31 de octubre, se había cubierto el 29% de la superficie nacional objetivo, lo que representa un aumento en el área sembrada respecto a la campaña pasada, especialmente en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Sin embargo, el cierre de la ventana óptima para la siembra temprana dejó una parte de la superficie sin plantar, lo que limita las expectativas de producción para la campaña 2024/25.
En este contexto de desafíos climáticos y presión de la oferta externa, el mercado argentino se enfrenta a un entorno incierto, con precios internos influenciados tanto por la cotización en Chicago como por las condiciones locales de la demanda y la oferta.