Hijos únicos: qué dice la ciencia sobre el impacto de no tener hermanos

Varios estudios han puesto la lupa en las ventajas y desventajas de crecer sin hermanos

¿Es mejor tener hermanos o no tenerlos? ¿Afecta la personalidad ser el centro de la familia? Hay muchos interrogantes sobre el particular

Laura Ferre, psicóloga: “No hace tanto tiempo se decía que ser hijo único era una enfermedad, lo dijo un norteamericano. Una enfermedad en sí misma, un tema bastante estigmatizado».

Más allá de esas posturas extremas, la profesional destacó: «Creo que también está muy estigmatizada la decisión de los padres, si tienen porque tienen, si no porque no tienen; si tenes un hijo enseguida preguntan cuándo vas a tener el segundo», y para sumar claridad explicó:

«En el 2019, en Alemania, hicieron una investigación sobre esto y fueron derribando los mitos» sobre los hijos únicos, que son más egoístas, son más caprichosos, les cuesta más compartir».

«Los resultados que arrojan las investigaciones es que en general el hijo único, como está solo, tiene mayor capacidad de adaptación, porque necesita el estímulo, entonces saca como más recursos y trata de adaptarse, tiene mayor motivación para superar una dificultad porque en general tuvo toda la atención», putualizó.

Entonces, «esto que se veía como negativo, de haber tenido toda la atención y toda la disponibilidad de recursos materiales para él solo, en general lo que hacen es subir la motivación y hacerlos más persistentes frente a la dificultad», remarcó Ferre.

«Sí hay una cuestión interesante que es el manejo de las habilidades sociales, que a veces es un tema esto de poder intercambiar con el otro, interactuar, es un tema para estar atento en los hijos únicos porque a veces la tentación de la sobreprotección o de hiperfocalizar, de no darle espacio para explorar en compañía de pares y estar siempre rodeados de adultos, o el cuidado con tal cosa; a veces pasa esto, que el tema de las habilidades sociales a veces puede lentificarse un poco y el tema de las experiencias».

«Una vez una paciente me decía, como si uno tuviera la infancia más chiquita por ser hijo único. Como que en general te acoplan a los programas de los grandes y por ahí tenes menos posibilidad de golpearte, caerte, con las precauciones del caso, de experimentar», ejemplificó.

“Hay mucho estigma de esto, que son más egoístas, les cuesta más compartir. Esto se dice mucho. Las investigaciones prueban que no», pero en eso influye mucho, según la psicóloga, «tema de la crianza que se le dé».

«No hay nada que pruebe que son más egoístas que un chico que tiene hermanos, pero sí estar atentos al tema de la sobreprotección y a las habilidades sociales, ¿Por qué uno dónde aprende a compartir con el otro? Estando en contacto con pares, el mundo es de a muchos».

Contacto con pares
“Es importante que te den la oportunidad de crecer en contacto con los pares. Yo crecí en un barrio donde se jugaba en la vereda, con mis abuelos, entonces permanentemente tenía ida y vuelta con mis primos hermanos, la cuestión permanente con pares»

«Creo que la responsabilidad como adultos, hoy el 40% en Europa de las familias tienen hijo único. Es interesante esto de poder darle a los chicos los recursos para que puedan hacer lazos sociales, para que puedan construir otro tipo de hermandades que son sumamente importantes», aconsejó Ferre.

“Hay que tratar de favorecer el contacto con pares, que se críen en un ambiente de chicos, extraescolar, con familiares cercanos para poder ejercitar las habilidades sociales. Hay que evitar la sobreprotección», concluyó.

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