Empezó comprando 7 árboles para su jardín y hoy es la primera productora de cítricos de La Pampa.

Arrancó con el ofrecimiento de las plantas que le sobraban por redes sociales. Factura $60 millones al año.

Cuando sobrevino la pandemia, y la cuarentena impuesta clausuró todos sus proyectos en marcha, Rocío Severino, música y cantante, y su marido, Pablo Damiani, pianista y compositor, como millones de personas, entraron en pausa. Una pausa activa, porque ellos siempre están ideando alguna nueva actividad. En ese momento, combinaban el arte con la seguridad vial.

Habían desarrollado el primer simulador de conducción íntegramente realizado en Argentina y brindaban capacitaciones de manejo a empresas en todo el país. Además, junto a Facundo Alecha, un baterista y diseñador gráfico amigo, tenían en carpeta la creación de una agencia de marketing digital para lo cual habían alquilado un local. Todo “quedó en stand by”. Pero una acción impensada, previa al confinamiento obligatorio, lo cambiaría todo.

Poco antes de que finalice 2019, Rocío decidió comprar unos árboles de frutos cítricos para plantar en su terreno, con siete u ocho pensó que estaría bien, pero en los viveros no encontraba lo que quería ni sabían asesorarla al respecto. Así comenzó la búsqueda de productores para hacer una compra directa pero le exigían llevar un mínimo de 75 plantas. “Lo consulté con Pablo porque era un gasto de unos $50.000. Le dije: ¿me dejás hacer un gasto con un cheque? A él le pareció un montón de plata para plantas, entonces, le propuse quedarme con algunas y vender las otras para recuperar el dinero”, cuenta Rocío. Sin más, las ofreció por Facebook. Tal fue el éxito que en tres días vendió los todos los cítricos surtidos que había comprado. Al sábado siguiente, fueron con Pablo a repartir las plantas. “Salí a la mañana temprano y eran las seis de la tarde y seguíamos arriba de la camioneta”, recuerda.

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